Confiaron en mi:

18 de julio de 2012

Verano. Parte 3. Un desliz con nombre y apellido.

(Segunda parte)

  Todo el tiempo que estuve con Lucas en el teléfono la tuve a Sofi tirada encima, haciéndome caras y dictándome las cosas que tenía que decir. Me preguntó si todavía teníamos ganas de verlos y, ya olvidándome de la negativa que había decidido hacía tres minutos, le dije que sí sin pensarlo más de una vez.
  Esperamos a que papá se duerma para irnos. Cuando llegamos a la bajada de la playa, de repente dejamos de entender bien cómo iba la mano. No era Lucas con sus amigos como habíamos pensado esa tarde. Era Lucas. Solamente Lucas. Con Sofi nos miramos y no entendimos muy bien. Ella quería estar con alguno de ellos y no necesitó mirarme dos veces para entender que, aunque yo tenía novio y le iba a ser fiel, Lucas era intocable. Era obvio como me miraba y era obvio que yo no se lo iba a ceder a Sofi de tan buena gana. No importaba nada que sea mi mejor amiga. Si no podía tenerlo yo, no lo iba a tener nadie.
  Entonces: ¿Qué hacía un chico divino de veinte años ahí, solo, esperando a dos nenas más chicas que él (mucho más chicas, saltaba a la vista), y todos sus amigos, andá a saber dónde? Más tarde nos dijo que sus amigos habían salido y él había preferido quedarse. Pasó más de un año hasta que me contó que en realidad se había quedado esa noche por mi.
  Fuimos a la placita, la misma donde un día antes los habíamos visto saltar. En un momento él la agarró a Sofía de la mano y se la llevó donde yo no podía escucharlos. Pero sí verlos. Me invadió un odio tan grande por los dos. Él, no se, era irracional mi enojo, pero me había estado mirando toda la noche! ¿Qué se suponía que significaba eso? Y con ella también, por no haberle dicho que no cuando sabía tan bien que a mi no me importaba ninguno de esos chicos, salvo él. Está bien, yo no podía hacer nada, ni iba a hacerlo. Pero en ese momento me olvidé de todo, me enojé, me quedé mirándolos fijo. Tardé un par de minutos en darme cuenta de que en realidad, solamente estaban charlando. ¿Por qué se habían ido lejos, entonces?
  Lucas miraba a donde yo estaba, me señalaba, hablaba con Sofía, se reía. Ella trataba de explicarle algo. Le decía que no con la cabeza. También me miraba. Cuando volvieron él me dijo con vocecita decepcionada que no podía ser que tenga novio. Suspiré. Me sentí mal por haberme enojado con Sofi, también con él. Lo que quería era preguntarle por que yo no podía hacer nada. Ahora sí que entendía todo.
  Sofi lo miraba raro. Era como una cadena. Sof miraba a Lucas, Lucas me miraba a mi, y yo la miraba a Sof como pidiéndole ayuda. Charlamos de cualquier cosa. Es una de estas personas con las que te sentás a conversar y de repente pasan horas y horas sin que te des mucha cuenta. Lucas resultó ser el mejor amigo del hermano mayor de mi mejor amigo. Complicado, sí, vamos de nuevo. Mi mejor amigo, Pablo, tiene un hermano mayor, Juan Manuel. De más chica yo estaba muerta con Juanma. Ahí entra Lucas, el mejor amigo de Juan Manuel, con Sofi no lo podíamos creer. Y pensar que ahora Pablito no quiere saber nada de lo mío con Lucas, pero bueno, mucha información y me estoy adelantando. La relación con Julián recién empezaba y todavía iba a estar con él por bastante más tiempo.
  Después de un par de horas nos fuimos los tres a acostarnos en las hamacas paraguayas que habíamos traído. Eran dos. Él se tiró junto conmigo. Sofi en la del costado. La situación ya no daba para más. Tenía a Lucas demasiado cerca, sentía su respiración en el cuello. Sofía quería estar con él y no podía disimularlo conmigo. La conozco. Él pareció entender que yo no tenía intención de hacer nada que lastime a mi novio, y en el fondo yo tampoco quería hacerlo. Todavía no estaba enamorada de Julián, pero lo quería y mucho. Más allá de eso, cuando lo entendió pareció no importarle. Pegamos onda. Siempre me gustó hablar con él. Me resulta fácil, fluye, me gusta, eso nos hizo muy buenos amigos por un tiempo.
  Cuando me cansé de ver las miraditas enojadas y celosas de Sofía me rendí. No tenía sentido, pensé. Y lo convencí. Tal como haría una nena chiquita. Dale dale dale dale dale dale no querés estar con mi amiga? daaaaaaale dale dale dale. Sí, lo que hice fue digno de una nena de 7 años. Pero lo logré. Y la verdad es que no quería lograrlo. Cuando lo vi levantarse y agarrarla de la mano pensé cosas de Sofía que nunca había pensado. La odié a ella y lo odié a él. Parecía un chico diferente, en serio pensé que lo era. Lo idealicé y es el día de hoy que lo sigo idealizando. Bastante estúpido de mi parte, pero ya lo dije, desde un principio Lucas me generaba un miedo bastante irracional.
  Ellos se fueron por ahí juntos y yo me acosté a dormir más enojada que nunca. Cuando Sofía volvió me hice la dormida para no decirle todo lo que estaba pensando. Al otro día me encargué de dejarle bien claro que yo le había pedido a él que se vaya con ella porque me daba lástima. Si ahora lo pienso mejor, mi relación con ella se arruinó bastante después de eso. Primero con Julián, después con Lucas, había un par de códigos que le estaban faltando.
  Terminé aceptando que había sido culpa mía, a ella se lo dejé pasar y a él no volví a hablarle después de eso. Seguí con la mía, después de todo yo estaba con Juli y eso era lo más importante en ese momento. Lo que nunca me hubiera imaginado, era que a Lucas le iba a dar la cara para volver a llamarme... Todos los días, a partir de ese día.

2 comentarios:

  1. holaaaa me pasas tu feisbukk? asi me entero cuando sigue la historia jajaj me re enganche :)

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    1. seguime en twitter! https://twitter.com/salvovos_juana sino con tu cuenta de google por acá, el face te lo debo jajajaja un beso gracias por la buena onda!

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