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29 de julio de 2012

Final y muchos principios. Parte 1.

  Como ya les conté, Lucas nunca dejó de andar por ahí. Pero no fue muy importante después de eso. Bueno, me encantaba, sí, pero yo estaba con Julián y fin del asunto. Entonces ahí quedó, una conversación, una llamada, un mensaje cada tanto. Hasta ahora, pero eso es historia para otra día (quédense con las ganas que ya va a llegar)
  Se que no van a querer leer la historia por demás empalagosa de lo que pasamos Juli y yo. Puedo decirles que fue mi primer amor. El primero real. El primero por el que sentí cosas tan fuertes (el único, en realidad). No les voy a hacer comer todo el cuentito, pero tiene que quedar bien claro que el año y treinta y seis días que estuvimos juntos fueron los mejores de toda mi vida, sin dudas. Tuvimos mil problemas, una relación bastante obsesiva, posesiva, enfermiza, autodestructiva. Pero era nuestra. Y era hermosa, porque sentíamos cosas reales.
  El por qué ya no estamos juntos es lo que quiero contar hoy. No se cuando pasó. No se qué nos pasó. Pero fue horrible. No era perfecto y pensar que lo era nos hizo tan mal. Yo apoyé en él toda mi vida, todo lo que tenía lo había dejado sostenido por él. Y si, es ridículo, pero es lógico. Quince años, una nena enamorada, dos nenes enamorados más bien. Algo mal nos tenía que salir. Hubo cosas que empezaron a fallar y nos dimos cuenta demasiado tarde. Confianza faltaba, inseguridad sobraba. Un día creíamos tener todo bajo control y al otro de repente estabamos en el medio de una nube de inseguridades que nos aplastaban. Cuando sentí que ya no podía más y tuve que dejarlo, se llevó con él eso que sostenía mi vida al completo. Y se me dio vuelta todo. Y tuve que seguir a los tropezones. Dejamos de sentirnos queridos por el otro, nos subestimamos, nos perdimos. No quiero dar mucha explicación, ya pasó, lo estoy superando como puedo y no quiero seguir estancándome en esto.
  Se que hubiera sido mejor ir contando de a poco las cosas que nos pasaron, era mucha cosa linda. Supongo que empecé tarde, porque ya no puedo hablar de las cosas que pasamos estando en el momento que estamos. Espero me perdonen, esta parte de la historia voy a ir escupiéndola de a poquito con el tiempo, por partes, las que más me acuerdo, las que más me marcaron. Pero ahora no.
  Ahora no, porque lo que sigue es contarles la novela medio pelo de domingo a la tarde que nos armamos este último tiempo. Cosas que nunca me imaginé podían pasarme con él, ni con nadie. En realidad, cada una de esas cosas es una historia a parte, y como se imaginarán, también tienen nombre y apellido...